El caso de estudio de la remodelación del Estadio Municipal de Linarejos

 La información institucional y periodística de la que dispone la sufrida afición azulilla se centra en gran medida en la asignación de culpas, pero podría reforzarse enormemente si alguien en Linares pudiera investigar este asunto más a fondo, sobre todo en cuanto a esas causas subyacentes que han llevado a la constructora a retirarse.



Lejos queda aquella Esperanza con la que vimos caer la grada vieja el 1 de julio de 2014. Ahora mismo parece que solo hay un villano claro: La constructora Gyocivil. En rueda de prensa convocada el 18 de diciembre de 2025, la Alcaldesa aseguró que se le demandó a la constructora documentación relativa a la contratación de los elementos prefabricados, estructura metálica y textil, comprobando que esos contratos no estaban hechos. 

Es importante resaltar que esta revelación de la Alcaldesa contradice declaraciones anteriores del propio Ayuntamiento. En un vídeo de TVeo Linares del 7 de agosto de 2025, el teniente de alcalde Raúl Caro-Accino había afirmado tras una visita a la obra que "ya están encargados todos los prefabricados" y que esperaban que se empezaran a poner tras terminar los cálculos.

En cualquier caso, y contradicciones flagrantes al margen, la empresa "se defiende" con un simple "circunstancias sobrevenidas" en su solicitud formal de rescisión de contrato al Ayuntamiento. Y fin de la historia entre Gyocivil y Linares. Al menos así lo aseguró la Alcaldesa en la mencionada rueda de prensa del 18 de diciembre. Sin embargo, nadie ha trasladado todavía a la afición azulilla cuáles son exactamente esas "circunstancias sobrevenidas", como podrían ser (por especular ante la falta de datos) subidas de precios de materiales, un error en el proyecto original, o problemas técnicos/geológicos imprevistos o no detectados en la planificación inicial. 

Siento parecer conspiranoico, pero la justificación de la empresa se menciona solo de pasada, y esto suena mucho a que nos estamos quedando en la superficie. Con la información que tenemos, solo se puede hacer un análisis sobre la versión del Ayuntamiento, sin capacidad para que podamos cuestionarla. Nadie en Linares ha explorado esta situación (o al menos no lo parece) y eso deja el análisis un poco cojo y, francamente, un poco ingenuo por parte de la afición si se traga esto a pies juntillas sin inquietud por querer saber más.

Cuando una constructora abandona una obra de 11 millones de euros, rara vez es por un simple despiste. Suelen ser razones de peso. Normalmente económicas o contractuales. Y el propio Raúl Caro-Accino dio pistas el pasado 18 de diciembre, al mencionar que "habrá que afrontar una actualización de precios en el nuevo contrato". Ahí hay un hilo del que tirar porque (aunque el concejal intentó suavizar el impacto de esta afirmación añadiendo que, en principio, "no se espera que el presupuesto y los costes de esa obra varíen demasiado" respecto al contrato fallido) la simple mención de una "actualización" abre varias incógnitas importantes que la afición o la oposición podrían o deberían investigar:


1. La financiación cerrada: El proyecto cuenta con una subvención fija de la Junta de Andalucía de 9,1 millones de euros otorgada en 2021/2022. Si la "actualización de precios" supera el margen previsto, ¿quién pagará el sobrecoste? ¿Tendrá el Ayuntamiento que poner más de los 2 millones inicialmente previstos?


2. La inflación del sector: El presupuesto original se calculó con precios de años anteriores. Una licitación en 2026 con precios de mercado actuales (tras la inflación acumulada en construcción) podría disparar el coste real muy por encima de lo que el concejal califica como "no demasiado".


3. La viabilidad: Si la empresa anterior (Gyocivil) se fue alegando "circunstancias sobrevenidas", es posible que esas circunstancias fueran precisamente que los precios del contrato original ya no cubrían los costes reales de los materiales (prefabricados, acero, textil) que no llegaron a comprar. Una "actualización de precios" confirmaría que el proyecto estaba infrafinanciado para la realidad del mercado actual.

Eso es lo que creo (en mi humilde opinión) que le falta ahora mismo a la afición azulilla: Una capa de análisis crítico que tire de esos hilos. Habría que transformar esas declaraciones someras y casi vacías de contenido, a una investigación más profunda que cuestione el relato oficial. Ojo, no se trata de acusar, sino de plantear las preguntas pertinentes.

¿Responsabilidad múltiple?


- ¿Es posible que el presupuesto original adjudicado en marzo de 2024 ya estuviera completamente desfasado por la inflación de materiales?

- ¿Con esas cifras era el proyecto sencillamente inviable económicamente para una constructora? 

Porque en caso de respuestas afirmativas, cabría preguntarse si la responsabilidad recae también en la redacción del proyecto por parte de la vizcaína Eoniak IGP por definir unos costes de ejecución que nacieron ya desfasados y que el mercado real no ha podido soportar. Con una subvención cerrada en cifras de 2021, y una licitación en 2024 (y si nadie nos ofrece mayor información) todo apunta a que ese desfase de tres años ha podido ser letal. 

Los servicios técnicos municipales, lejos de ser responsables del bloqueo, se encontraron un pastel considerable, una herencia envenenada, una situación límite: Tuvieron que intervenir de urgencia, entrar al rescate, en noviembre de 2024 asumiendo la dirección facultativa para intentar enderezar un rumbo que ya venía torcido desde la redacción original y la gestión de la empresa constructora. Cuando el Ayuntamiento asignó a los técnicos municipales la misión de salvamento del barco, éste llevaba ya un tiempo hundiéndose. Poco o nada podían hacer si el presupuesto original de Eoniak IGP ya no cubría costes reales de 2025, y si la constructora Gyocivil no había comprado los materiales meses atrás cuando debería hacerlo. O dicho de otra forma, no se puede gestionar la miseria. Da la sensación de que el Ayuntamiento echó a los técnicos municipales a los leones. Si los números no daban desde 2023 y la constructora no cumplió cuando debía, los técnicos municipales no son culpables, sino víctimas de una "misión imposible".
 
Se trata de mostrar pensamiento crítico. De conectar puntos e informaciones. De sugerir que, quizá, la retirada de Gyocivil no ha sido la causa del problema final, sino la consecuencia de una cadena de errores previos. Al plantear estas hipótesis basadas en la propia información de la que disponemos, el análisis ganaría una gran profundidad, y ya no digo si alguien saliera a responderlas, refutarlas o rebatirlas con datos reales y concretos en la mano. Pasaría de ser un "nos han contado que..." a un "estas son las preguntas que, en principio, nadie respondía".

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EDIT: Al día siguiente hubo un programa en directo en TVEO TV Linares donde Raúl Caro-Accino ofreció, no todas, pero sí algunas explicaciones que vinieron a confirmar las hipótesis aquí planteadas.


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