Ya se me hizo extraño ir a votar a un sitio distinto a los que he estado yendo desde que tengo 18 años. Recuerdo que al principio votaba en la calle Viriato, junto a la parroquia de San Francisco, en el antiguo edificio que mis padres me contaban que era la biblioteca municipal cuando ellos eran pequeños. Un edificio histórico que el Ayuntamiento de Linares enajenó por menos de 700.000 euros para construir un bloque de viviendas.
Posteriormente voté en el Colegio Tetuán, lo que me permitía ver el patio y volver a adentrarme en algún aula de la que fue mi escuela desde los 4 hasta los 14 años. Muchas gente de Linares no sabe que se trata del Colegio Público más antiguo aún en activo de Andalucía. Se inauguró en 1887 (durante la Primera República) y más de 120 años después todavía continua en activo.
A primeros de 2000, nos cambiaron a la Estación de Madrid, y finalmente en un local de la calle Ventanas que el Ayuntamiento habilitó hace unos años como oficinal local de fomento.
Ahora que lo pienso, el Ayuntamiento de Linares nos ha estado mareando con las mesas electorales a los vecinos del centro. Con el montón de sitios por el que he ido pasando para votar, no debería hacérseme ahora tan extraño votar en la escuela de Aizarna.
En fin, irrelevancias que pasaron por mi mente mientras subía en coche por la montaña en busca de mi mesa electoral.
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